RIIIIIIIIIIIIIING-RIIIIIIIIIIIING!!! Las cinco y cuarto de la mañana.
- ¿Quién me mandaría apuntarme a esta “embarcada”? -
Con los ojos a medio abrir me visto, desayuno y bajo al
encuentro de Iñigo, que viene desde Zigoitia. En Iruña nos juntamos con Xabi y
Iosu y nos dirigimos a Tudela a recoger a Juanma, el último miembro de la
expedición. Unas cuantas horas de furgo
y al fin, llegamos a L´Escala, donde alquilaremos el par de kayaks que nos
falta. Alex (el gerente del txiringo),
lejos de despejarnos las dudas acerca de cómo diseñar la travesía, nos lía un
poco más. Anuncian tramontana en un par de días y nos advierte que el cabo de
Creus (por donde pensábamos comenzar), es una zona complicada para el kayak con
mala mar.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbXF-h30NdpS46dpBqkab3VxQnRgjVSmhviNEfnaJMLrQl0GBbYv7R8tRiEcgqG2E_hbZ0F2ac9ZDywbFPaI0EC7Zj8t2SkQ-6Kyis3sSUYpVZcgPxrpMaUPXWFfJyaQyTafnNh7DK25Q7/s200/Costa+Brava+004+copia_redimensionar.jpg)
Barajamos todas las posibilidades y desoyendo los consejos de Alex, conducimos hasta Llansá, donde botaremos nuestras frágiles embarcaciones. A pesar de que restan pocas horas de luz, son tantas las ganas de empezar a navegar que cargamos rápidamente los bártulos y nos hacemos a la mar. Son pocas las millas que nos separan de Port de la Selva, pero llegamos a esta localidad de noche.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFGaxy04fg86i4cnt9GEKXQaT7dhyphenhyphenMp2N6kTLzLApiNANKXyaRWcccPDu-Y7S9Sb3Wo7UBauLNRtcvQ16UcWSQoKAD-BaJASzysCxxpkyEe8sBfl9kmD8nIIzWSTX7efbJ30VvyRueRlmR/s200/Costa+Brava+025+copia_redimensionar.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk6TH1ijqGV3CarhYm5PfEjZDiWvWSuGWGceXXJ49jwQwOfnO1KmpfVD75BFu5THabgwtjzEwIxR4kZmSgrk8KF4a7U-yax27PuwF_5a_eAVn9iB7zhTamOVF2CMaciqXwNpMfanw1n7f9/s200/Costa+Brava+028+copia_redimensionar.jpg)
La siguiente jornada se presenta tranquila y nada hace
presagiar que se avecinan fuertes vientos, por lo que sin tiempo que perder
empezamos a remar por el tramo más salvaje y menos humanizado de la Costa
Brava. La tranquilidad del agua nos permite avanzar cómodamente y entretenernos
en cada cueva o recoveco de la caprichosa costa. La niebla y el posterior txirimiri, unido a lo abrupto del
paisaje, hace que pensemos que navegamos por latitudes mucho más
septentrionales como Escocia o Noruega.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvVcET_U3PZtg_9HbOsl0EANkTPYcG_NCIuTzHMb022b5RM_L3BsOE4yFfCuHBpkOVhCbaJWHQA6shmGFOlwYvckpoxoznsos9jNbpvSBo91ndSntE35VwGMmbQZKDP32A0SX-GCO3qngH/s640/Costa+Brava+100+copia_redimensionar.jpg)
tenemos por delante es pan comido. Pero el fuerte viento ha revuelto la mar convirtiéndola en un campo de rodeo, en la que embutidos en nuestras ridículas embarcaciones, no somos más que marionetas a lomos de un toro mecánico. Doblando el cabo de Begur, el mar nos golpea por todos los lados y comprobamos lo insignificantes que somos ante la fuerza de la naturaleza. Varios vuelcos y sus respectivas maniobras de abordaje, achique,… y con las orejas gachas rumbo al primer puerto que encontramos. Para colmo éste se encuentra cerrado.
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